Hoy en día, muchas personas superdotadas descubren, a menudo tarde, que también padecen autismo o síndrome de Asperger, como se conocía anteriormente. Es lo que se conoce como doble excepcionalidad. Pero, ¿cuál es la realidad? ¿Cuál es el estado de los conocimientos científicos? ¿Cómo podemos sospechar la presencia de autismo en un superdotado? ¿Por qué el autismo suele detectarse tarde en los niños superdotados? Intentaremos responder a estas preguntas.
Autismo y alto potencial intelectual: ¿cuáles son los vínculos?
¿Existe un vínculo entre el autismo y el alto potencial intelectual? Hoy en día es una creencia generalizada. Echemos un vistazo a este tema poco conocido, incluso entre los superdotados.
Lo que dice el DSM-5 sobre el autismo
Según Adeline Lacroix, doctoranda en Psicología y Neurociencia, la definición de autismo del DSM-5 (American Psychiatric Association) se basa en tres puntos esenciales. En primer lugar, deben estar presentes los dos principales criterios diagnósticos, es decir, dificultades persistentes en la interacción social y la comunicación, acompañadas de intereses específicos, comportamientos estereotipados y especificidades sensoriales.
Estas particularidades deben haber aparecido durante el desarrollo temprano y, por tanto, son notables en la primera infancia. Por último, para que se diagnostiquen, deben dar lugar a un deterioro clínicamente significativo (criterio D del DSM-5). En otras palabras, debe generar una discapacidad, que es quizá el punto que más se pasa por alto en la actualidad.
La prevalencia del autismo
Este último punto, según la experta, es importante porque aunque actualmente se considera que la prevalencia del autismo está en torno al 1%, los rasgos autistas pueden existir y estar distribuidos por toda la población.
En consecuencia, no siempre es fácil saber dónde está el límite entre el autismo y el no autismo, sobre todo porque, si bien los autistas y los no autistas con rasgos autistas pronunciados comparten características clínicas, también pueden compartir ciertos rasgos neuroanatómicos.
Según la doctoranda, éstas incluyen especificidades en ciertas regiones que desempeñan un papel en las habilidades sociales, como el córtex temporo-occipital, el córtex temporal inferior, la ínsula y la amígdala. Una vez más, es importante recordar que no existe un cerebro autista que sea totalmente distinto de un cerebro no autista. Si existiera, tendríamos marcadores biológicos fiables para identificar un TEA (Transtorno del espectro autista). Por tanto, la frontera entre el espectro autista y el espectro no autista sigue siendo difusa.
La inteligencia en los autistas
En cuanto al coeficiente intelectual y el funcionamiento cognitivo, en las personas con autismo pueden observarse todos los tipos de perfiles, aunque algunos tipos están más presentes que otros, y las personas con autismo suelen mostrar picos de aptitud en áreas específicas, según la doctoranda. El metaanálisis de Chiang et al, aunque adolece de ciertos sesgos (ya que contiene estudios que a su vez contienen ciertos sesgos, como el hecho de que no haya ningún estudio relativo a autistas con alto potencial y ningún estudio con un elevado número de niñas), muestra que la distribución de las puntuaciones de CI en autistas parece seguir una distribución normal (como en la población general).
Distribuciones de puntuaciones de CI para las poblaciones de Asperger (azul) y Autista de Alto Funcionamiento (rojo) – tomadas de Chiang et al. (2014).
El término «superdotado» o «alto potencial intelectual» (ACI) se refiere a las personas que tienen un CI muy superior a la media, es decir, por encima de 130. Es una definición sencilla y la única sobre la que existe cierto consenso.
¿Un vínculo entre autismo y superdotación?
A raíz de lo dicho anteriormente, la pregunta planteada en la introducción parece tener una respuesta rápida, ya que en definitiva estamos hablando de dos cosas distintas. Por un lado, tenemos una afección con síntomas específicos que conducen a una discapacidad y, por otro, tenemos un funcionamiento cognitivo superior a la media que no conduce a una discapacidad.
En consecuencia, podemos preguntarnos por el origen de la confusión entre ambas. De hecho, la noción de alto potencial intelectual ha sido objeto de una gran cantidad de literatura en los últimos años, en la que se ha descrito a las personas superdotadas como desajustadas con los demás, hipersensibles, inadaptadas, ansiosas, etc. La imagen estereotipada del científico solitario e incomprendido, metido en su burbuja e hipersensible, y en última instancia discapacitado, se ha visto así reforzada en la mente de la gente, llegando incluso a la creencia popular de que la superdotación es en realidad un continuo del espectro autista.
Esto podría explicar la confusión que puede surgir. Sin embargo, el hecho de que algunas personas sean superdotadas y autistas, o de que otras sean superdotadas y tengan rasgos autistas (estas últimas también pueden tener dificultades, aunque «dificultades» no signifique necesariamente discapacidad), no significa que exista un continuo entre estas dos condiciones.
Uno de los pocos estudios sobre el tema indica que uno de los perfiles encontrados en algunos niños superdotados es similar al perfil autista. Pero estamos hablando de «algunos» niños, y existen otros perfiles.
¿Y la genética?
Por otro lado, Adeline Lacroix plantea que podría sugerirse un vínculo entre el alto cociente intelectual y el autismo a nivel genético. Un amplio estudio en el 2015 mostró que ciertas variaciones genéticas asociadas con el autismo también se asociaron con un CI más alto en personas no autistas con esta variación (Clarke et al). Esto parece confirmarse en otro estudio del 2017 (Sniekers et al).
Sin embargo, hay que señalar que no se trata de una correlación entre especificidades clínicas comunes encontradas en los dos grupos. Lo que sí se menciona en estos estudios es que ciertas variaciones genéticas asociadas con el autismo también se encuentran en personas no autistas (no se han evaluado sus rasgos autistas) con coeficientes intelectuales altos.
Esto explica por qué puede haber autistas y superdotados en la misma familia. Del mismo modo, existen vínculos genéticos entre el autismo y la esquizofrenia y la bipolaridad (O’Connell et al), lo que tampoco implica un continuo (pero parece que este tipo de vínculos con condiciones menos deseables se discute mucho menos en las redes sociales, en las que no me extenderé…).
¿Qué es la doble excepcionalidad y qué tan común es?
Según la investigadora doctoral canadiense en psicología y divulgadora científica Catherine Cimon-Paquet, se define por la presencia tanto de un alto potencial intelectual, también conocido como sobredotación intelectual, como de una condición concomitante como un problema de aprendizaje (dislexia, por ejemplo) o un trastorno del espectro autista. En este artículo, nos centraremos únicamente en la doble excepcionalidad de la superdotación y el autismo.
Por consiguiente, para el especialista, la doble excepcionalidad de alto potencial intelectual y autismo está formada por dos particularidades del desarrollo cognitivo que son extremadamente raras, de ahí su nombre.
Retos asociados a la identificación de la doble excepcionalidad en los niños
La identificación de la doble excepcionalidad de alto potencial intelectual y autismo plantea una serie de retos a los profesionales sanitarios y escolares. Muchos alumnos no se identifican correctamente y no reciben servicios adaptados a su doble excepcionalidad. Según científicos canadienses, las manifestaciones del alto potencial intelectual y del autismo pueden solaparse.
De hecho, muchas personas con alto potencial intelectual manifiestan dificultades para hacer amigos, un interés intenso por determinadas materias, un desarrollo asincrónico (es decir, algunas áreas del desarrollo están más avanzadas que otras) e hipersensibilidad. Por otra parte, en las personas con alto potencial intelectual, muchos de los retos relacionados con las habilidades sociales se resuelven cuando su entorno es adecuado (por ejemplo, cuando los niños están incluidos en una clase especializada).
Además, en los niños autistas con alto potencial intelectual puede estar presente el camuflaje, que puede conducir a un diagnóstico posterior de autismo. El camuflaje, estudiado previamente en mujeres autistas, se refiere al uso de mecanismos compensatorios para contrarrestar las dificultades que experimentan en relación con el autismo.
Por ejemplo, estos individuos pueden camuflar sus dificultades para detectar emociones más sutiles o comprender intenciones o matices, lo que les permite socializar con sus compañeros. Por lo tanto, es esencial realizar un diagnóstico diferencial, que sólo pueden hacer los profesionales sanitarios.
Por qué los especialistas tienen dificultades para diagnosticar el TEA en adultos superdotados
La psicóloga francesa Sonia Piquet explica en una conferencia titulada «¿Por qué y cómo el superdotado intelectual enmascara el TEA?» que el primer punto a destacar es que el autismo y la superdotación eran muy poco conocidos hace 40, 30 e incluso 20 años. Muchas personas con alto potencial intelectual y trastorno del espectro autista simplemente no eran comprendidas por los especialistas de la época, que a menudo los diagnosticaban erróneamente como personas con trastorno por déficit de atención, trastorno límite de la personalidad, trastorno bipolar, etcétera. Por eso, muchos adultos de 30, 40, 50 y más años no descubrieron su doble excepcionalidad hasta muy tarde.
La experta y coach en alto potencial intelectual con TEA sostiene que otro parámetro importante explica por qué muchas personas con alto coeficiente intelectual no ven su autismo hasta los 30, 40 o 50 años. Esta toma de conciencia tardía, dice, a menudo trastorna la vida de sus pacientes. Para ella, la adaptación es un factor clave. Los niños superdotados con TEA suelen obtener buenas notas o resultados correctos en la escuela primaria, lo que no ocurre con otros niños autistas. También tienen una gran capacidad para reproducir todo lo que se les muestra.
Otro punto que les diferencia de un niño autista sin alto potencial intelectual es una cierta capacidad para ser sociables, pero sin crear necesariamente vínculos. Esta capacidad de adaptación, que suele aparecer en torno a los 5-6 años, hace que los especialistas no consideren que estos niños sean autistas. Otro punto destacable es el uso de un vocabulario avanzado, pero sin llegar siempre a comprender la situación. Los niños con autismo de alto potencial intelectual suelen utilizar juegos de palabras para ganar tiempo en la comprensión de una situación.
El camuflaje es otra estrategia muy utilizada por las personas con doble excepcionalidad. Sonia Piquet habla de la importancia de adaptarse a la otra persona para ser como los demás. Se trata de observar el comportamiento del otro y reproducirlo.
La vestimenta y el peinado también son una forma que tienen estas personas de pasar desapercibidas. Siempre se posicionan pensando en lo que imaginan que el otro piensa de ellos. Utilizan el mismo lenguaje, el mismo código y saben cómo llevar al otro a su terreno para hablar de lo que les interesa. Como su interés por los intereses de los demás suele ser nulo, los autistas de alto potencial intelectual aprovecharán cualquier hueco posible en la conversación para centrarse en sus propios intereses.
La experta también menciona la capacidad de ocultar sus emociones en público. Es una necesidad si quieren mostrarse fuertes. Esto es aún más cierto en el caso de las mujeres. Un hombre que se enfada se considera autoritario, mientras que una mujer que se enfada se considera histérica.
Sonia Piquet continúa explicando que las personas con doble excepcionalidad se encuentran en una batalla constante con la oposición frontal porque no siempre comprenden la situación.
Y añade que, para superar esta oposición, primero hay que aceptar que hay cosas que no se pueden ver, pero también que una persona externa muestre lo que la persona con doble excepcionalidad no puede ver. Una vez visto esto, viene la compensación.
Ser extrovertido para ocultar su miedo a acercarse a los demás también es un método utilizado por las personas con doble excepcionalidad. Esta técnica también es un factor para ocultar el autismo.
¿Cómo sospechar de un autismo en un superdotado?
Según Sonia Piquet, el mejor indicador de una posible doble excepcionalidad es la ira… Una persona con doble excepcionalidad se enfada fácilmente sin darse cuenta siempre. Una simple palabra mal entendida puede agravar una situación. La dificultad para gestionar las emociones es otro factor destacado por la experta. Cualquier desestabilización puede generar un auténtico subidón emocional. La falta de comprensión de lo implícito y del segundo grado también es un factor que debe llamar la atención.
Ver en imágenes… Muchos autistas de alto coeficiente intelectual visualizan las cosas antes de que sucedan. La hipermentalización es otra característica que debería llamar la atención. Dada una situación o una palabra, la persona con doble excepcionalidad es capaz de imaginar un escenario muy completo con todas las posibilidades que ello implica. Piensa demasiado.
La dificultad para afrontar la frustración es otro factor que puede hacer sospechar de una doble excepcionalidad. Los cambios en lo que la persona con doble excepcionalidad había planeado suelen ser insoportables. Sonia Piquet también menciona la rigidez en la representación de valores como otro factor que podría sugerir autismo en una persona superdotada.
La justicia, el sentido de propósito y la honestidad son valores a los que una persona autista con alto potencial intelectual concede importancia. La experta también menciona la sensación de ser constantemente atacado por los demás como otro punto que podría sugerir una doble excepcionalidad en una persona superdotada. No es que los autistas de alto coeficiente intelectual no quieran comunicarse o entender a otras personas, es que inconscientemente proyectan que los demás les atacarán. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con la paranoia.
La psicóloga da una lista de puntos sobre los que llamar la atención:
- La presencia de autistas en la familia
- La presencia de rutinas tranquilizadoras
- Intereses restringidos
- No soportar que lo interrumpan porque se pierde la idea de lo que quería decir
- Estresarse o ponerse ansioso fácilmente ante situaciones nuevas
- Dificultad para hacer amigos de verdad
- Impaciencia
- Cambios frecuentes de trabajo o de domicilio
- Pero también otras personas que le describen como pedante o arrogante…
Además menciona comorbilidades, que son muy importantes. Problemas de motricidad fina, como una escritura muy pobre. También habla de la epilepsia, la esclerosis múltiple y la tetania, que son mucho más frecuentes que en el resto de la población. Está demostrado que los autistas están más enfermos que el resto de la población.
Si, como superdotado, te reconoces en varias de las otras características citadas por la psicóloga, deberías plantearte la existencia de una doble excepcionalidad y someterte a una evaluación con un profesional. Este descubrimiento podría dar un vuelco a su vida y ayudarle a comprenderse mejor a sí mismo y a gestionar eficazmente determinadas situaciones problemáticas.
Diferencias en los resultados del test WAIS
Otro factor interesante a tener en cuenta es que la experta habla de hechos notables en los resultados de un test WAIS que pueden llamar la atención.
El índice de comprensión verbal
Refleja la capacidad de un individuo para comprender estímulos verbales, razonar con material semántico y comunicar pensamientos utilizando palabras. El rendimiento en esta tarea muestra que un individuo es capaz de seleccionar elementos presentados verbalmente disponibles en su entorno, razonar con una estructura semántica y expresar este razonamiento con palabras. Este índice es el más cargado con el factor g de la inteligencia y es el mejor predictor de la inteligencia global de una persona. También da cuenta de la inteligencia cristalizada, que corresponde al conocimiento del lenguaje, la información y una cultura específica.
La experta afirma que las personas con doble excepcionalidad tienen una puntuación muy alta en el índice de comprensión verbal.
Índice de razonamiento perceptivo
Mide principalmente el componente de representación visual-espacial de la inteligencia, que corresponde a la integración y manipulación cognitiva de la información para resolver problemas visuales complejos. Pero es un índice en el que cada subprueba mide una proporción significativa de características específicas. Las pruebas de Cubos y Rompecabezas visuales implican analizar y manipular formas espaciales, ya sea mentalmente en el caso de los Rompecabezas, o utilizando habilidades motoras para manipular físicamente los cubos. El test Matrix es una medida clásica de la inteligencia fluida.
También en este caso, la psicóloga francesa indica que los resultados de las personas con doble excepcionalidad son muy elevados.
El índice de memoria de trabajo
Mide la atención, la concentración y la memoria de trabajo. La memoria de trabajo es la capacidad de retener información temporalmente en la mente y de manipularla mentalmente. Este índice mide principalmente la memoria a corto plazo con las subpruebas de Memoria Numérica y la subprueba opcional de Secuencia de Letras/Números, pero también en menor medida la inteligencia fluida con la subprueba de Aritmética.
En cuanto a la memoria de trabajo, señala que los resultados para una persona con autismo son bajos. Según la psicóloga, los autistas necesitan sentarse para asimilar la cantidad de información. En cuanto a la inteligencia matemática, los resultados pueden ser muy altos o muy bajos.
Índice de velocidad de procesamiento
Mide la velocidad de los procesos mentales, utilizando estímulos visuales y requiriendo habilidades grafomotoras. La subprueba Código evalúa la capacidad de una persona para escanear correcta y rápidamente una secuencia sencilla que contiene información visual. La subprueba Símbolo evalúa la velocidad y la precisión de una persona para discriminar información visual. Este índice corresponde a la capacidad de realizar rápidamente operaciones cognitivas rutinarias y automáticas, manteniendo la concentración y siendo capaz de trabajar bajo presión.
Por último, para la experta, la velocidad de procesamiento es elevada en las personas con doble excepcionalidad.
Todas las subpruebas, divididas en índices, se utilizan para medir el CI total. Las respuestas a las subpruebas se puntúan y se determina una puntuación bruta inicial en función de la precisión de las respuestas esperadas. A continuación, se transforma en una puntuación estándar y la suma de las puntuaciones estándar de cada índice se utiliza para determinar una medida del CI por índice, por equivalencia entre la suma de las puntuaciones estándar y la distribución del CI en la población global. La suma de las cuatro puntuaciones estándar de los distintos índices se utiliza entonces para determinar el CI global.
Limitaciones del test Wais para evaluar la inteligencia de las personas autistas
Sin embargo, hay que tener en cuenta las limitaciones del test WAIS para las personas autistas. Según Isabelle Soulières, titular de la cátedra de investigación de la UQAM sobre la optimización del potencial cognitivo de las personas con autismo, los resultados de un test WAIS con una persona autista pueden ser engañosos.
Según la psicóloga, las personas con autismo son evaluadas en función de un rendimiento medio comparado con un nivel general. Si una persona destaca en una subprueba y obtiene resultados medios o inferiores en las demás, su rendimiento queda «ahogado» por la masa de información que recoge la prueba. Este puede ser el caso de un autista no verbal, que obtendrá resultados muy bajos en el índice de comprensión verbal, pero que puede estancarse (obtener el máximo resultado) en las subpruebas del Cubo o de Rompecabezas visuales.
Otra limitación es la suposición de que un test fallido corresponde a una incapacidad o capacidad reducida para resolver el problema planteado por la tarea. Sin embargo, la persona puede haber malinterpretado las instrucciones en el momento de realizar la prueba y, en otras circunstancias, habría sido capaz de resolver el problema. Esto es especialmente cierto en el caso de las personas con autismo, que pueden tener dificultades para comprender las instrucciones.
Estudios sobre las características de los jóvenes con doble excepcionalidad
Varios estudios muestran que los autistas con alto potencial intelectual experimentan desafíos particulares. En 2019, un equipo de investigación realizó un estudio en Estados Unidos para determinar si los niños autistas con alto potencial intelectual tenían una trayectoria escolar diferente a la de otros niños autistas. Este estudio muestra que los niños con una doble excepcionalidad de alto potencial intelectual y autismo tienen mejores resultados académicos desde el momento en que empiezan la escuela y que su rendimiento académico mejora con el tiempo, lo que no ocurre con otros niños autistas.
Además, mientras que los niños con autismo se benefician de servicios de apoyo educativo, servicios profesionales (por ejemplo, logopedia, terapia ocupacional) y apoyo y asistencia tecnológica, los niños con doble excepcionalidad se benefician especialmente de los servicios de salud mental y del uso de medicación adecuada a sus dificultades (por ejemplo, si padecen ansiedad grave). La adolescencia también es un periodo importante para los niños autistas con alto potencial intelectual.
Un estudio reciente examinó el comportamiento adaptativo en esta población. El estudio sugiere que desde la infancia hasta la adolescencia, la brecha entre los jóvenes neurotípicos y los jóvenes con autismo y alto potencial intelectual se amplía en términos de comportamientos adaptativos.
A pesar de su alto potencial intelectual, estos jóvenes suelen mostrar ciertas debilidades en el comportamiento adaptativo, que son más marcadas en la adolescencia. Esto nos recuerda que las dificultades relacionadas con el comportamiento adaptativo están presentes en la mayoría de los autistas, incluidos aquellos con alto potencial intelectual, y subraya la importancia de ofrecer un apoyo adecuado a los jóvenes autistas.