El síndrome del impostor es una duda persistente sobre nuestras capacidades, talentos y lo que hemos hecho hasta ahora. Eso nos hace sentir ilegítimos, dudamos de los cumplidos que recibimos y no aceptamos la imagen que los demás dan de nuestras capacidades. Es algo muy común en los superdotados. Nos dicen que somos muy inteligentes, muy sabios que somos capaces de hacer las cosas mejores pero no tenemos esa sensación y pensamos que no merecemos esos calificativos o cumplidos. Recibimos las mejores notas sin trabajar, nos dicen que somos sabios pero nosotros veamos todo lo que no sabemos, etc. Todos esos momentos nos hacen pensar que no lo merecemos, que somos impostores. Esos pensamientos negativos pueden volverse muy invalidantes. Hacemos el punto sobre el síndrome del impostor en el superdotado intelectual y veamos cómo hacer para que esa sensación deje de bloquearnos.
Origines del síndrome del impostor en los superdotados intelectuales
El síndrome del impostor es también llamado el síndrome del autodidacta. No es nada patológico. Según el psicólogo francés Kévin Chassangre, 70 % de los superdotados intelectuales sufren del síndrome del impostor a menos una vez en su vida.
Hay momentos propicios a sentir eso: entrada en la universidad, llegada de una promoción en el trabajo o cambio de cargo… así cómo el día que se vuelve padre. Este deber de legitimidad se siente desde niño con la familia o en la escuela entre 0 y 6 años y luego en la adolescencia.
El síndrome del impostor genera ansiedad e incluso depresión
Muchas veces preferimos nuestro éxito a otros factores como la suerte, concurso de circunstancias, poder de seducción o baja competencia sin aceptar que si, somos mejores que los demás, si tenemos talento y capacidad de trabajo mejor. Esa sensación constante de engañar a los demás se enlaza con la idea que un día u otro, los demás se darán cuenta que no eres tan genial, no sabes tantas cosas, que no tienes talento.
Así, para justificar nuestro talento preferimos darnos más trabajo para legitimar los cumplidos y creer que eso viene de nuestro trabajo duro. Otros prefieren auto-sabotear para mostrar que son como los demás que no hacen mejor. Esa sensación genera una ansiedad y un malestar. Muchos superdotados intelectuales pueden sufrir a través de este síndrome del impostor de estrés, ansiedad, vergüenza, procrastinación, perdida de la auto-estima, depresión e incluso burn out. Es aún peor cuando se siente celos por parte de unos colegas.
El circulo vicioso del síndrome en el superdotado intelectual
- Primero, el superdotado imagina que los demás piensan que no está en su sitio que es incompetente, que no merece su cargo.
- Eso se convierte en una pérdida de autoestima, una desvaluación y estrés.
- Para no ser descubierto como impostor el superdotado se vuelve más trabajador para merecer los cumplidos recibidos, su cargo, etc.
- Pero más trabaja y más recibe cumplidos y honores y el círculo empieza de nuevo.
En realidad el síndrome del impostor es la importancia que das a la mirada que crees que los demás tienen de Ud. A pesar de pruebas evidentes de su valor por parte de los demás, el superdotado sigue pensando que es un impostor y será pronto descubierto como tal. Pero esos pensamientos negativos nos meten también en situación de fracaso en varias ocasiones.
Cómo terminar con el síndrome del impostor
He aquí 5 técnicas para salir del síndrome del impostor.
- La primera cosa que hacer es hacerse la pregunta: ¿Por qué me siento un impostor? Raramente pensamos a hacernos esa pregunta pero es capital. Si su respuesta es porque siente que le falta diplomado, conocimiento o experiencia, eso se puede trabajar.
- La segunda cosa es aceptar los cumplidos como merecidos. Su inteligencia le permite lograr más cosas que la gran mayoría de las personas. Sus conocimientos panorámicos de los demás son también cualidades que les permite hacer mejor. Igualmente su flojo que le incita a optimizar todas las etapas de un proceso pueden explicar que realizas bien las cosas pero mucho más rápido que sus colegas.
- Sea objetivo con sí mismo. Mirar las cosas tales como son. Descubrirás que sus éxitos los debes a sus capacidades y no a la suerte. Si has recibido una promoción debe ser por sus cualidades y su trabajo.
- Aceptar equivocarse a veces. Claro sentirse un impostor sentimos que debemos hacer todo de manera perfecta. En realidad tienes el derecho de equivocarte de vez en cuando. No eres perfecto. La búsqueda de la perfección acentúa el síndrome del impostor en el superdotado intelectual.
- No dudar en preguntar en su entorno. Si quieres saber lo que opinan los demás debes preguntarles. Eso le puede confortar en sus capacidades a hacer las cosas mejor que los demás y, si hay unos comentarios negativos, será la ocasión de reajustarse.